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Perspectiva

¡Por una investigación de base sobre las muertes de los trabajadores de USPS, Nick Acker y Russell Scruggs, Jr.!

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) llama a iniciar una investigación independiente, dirigida por los trabajadores de base, sobre las muertes de Nick Acker y Russell Scruggs, Jr. en dos oficinas de correo estadounidenses distintas en las últimas dos semanas. Instamos a los trabajadores postales con información relevante a presentar su testimonio. Esto es necesario para exponer las condiciones brutales que enfrentan los trabajadores postales, que son parte del matadero industrial en el que se ha convertido la vida cotidiana de los trabajadores en todo Estados Unidos y el mundo.

Nick Acker and Russell Scruggs Jr.

El 8 de noviembre, en el Detroit Network Distribution Center en Allen Park, Michigan, Nick Acker fue asesinado por una máquina clasificadora de correo en la que estaba realizando tareas de mantenimiento. Su cuerpo no fue recuperado durante ocho horas, y solo después de que su esposa viniera a recogerlo. Los trabajadores informan que se había presentado una queja sobre la máquina, cuyas características de seguridad habrían sido desactivadas para mantener las operaciones en movimiento.

El sábado 15 de noviembre, Russell Scruggs, Jr. murió después de caerse y golpearse la cabeza en el Palmetto Processing & Distribution Center en Georgia. Los trabajadores dicen que la falta de servicio de telefonía celular en la instalación y la falta de protocolos de emergencia dentro de la planta contribuyeron a su muerte debido a una larga demora en brindarle atención médica.

En ambos casos, la gerencia mantuvo las operaciones en funcionamiento, de acuerdo con los informes de los trabajadores en las instalaciones.

Estas tragedias evitables han levantado el velo sobre las condiciones brutales en USPS. Los trabajadores de Allen Park dicen que la instalación es una “trampa mortal”. Los trabajadores de Palmetto apuntaron además a la muerte de Eric Smith, de 59 años, en junio, así como dos suicidios recientes fuera del sitio. El año pasado, Shannon Barnes, de 48 años, también murió en el centro.

Estas muertes son solo algunas de las últimas de una serie interminable de desastres laborales en los Estados Unidos. El accidente del avión de carga de UPS el 4 de noviembre en Louisville, Kentucky, mató a 14 personas. Una reciente explosión catastrófica en una planta de municiones de Tennessee mató a 16 personas. Una fuga de amoníaco el 14 de noviembre en Oklahoma envió a 34 al hospital. Una explosión en la acería Clairton cerca de Pittsburgh en agosto mató a dos e hirió a 10.

Ha habido al menos cinco muertes entre los trabajadores postales este año. Esto incluye a dos carteros, Dan Workman de Grand Junction, Colorado, y Jacob Taylor de Dallas, Texas, en aparentes incidentes relacionados con el calor.

La AIO-CB ya ha iniciado una investigación sobre la muerte del trabajador automotriz Ronald Adams Sr., quien trabajaba en la Planta de Motores de Stellantis en Dundee en el sudeste de Michigan. Adams murió aplastado mientras realizaba tareas de mantenimiento en circunstancias aparentemente similares a las que mataron a Acker. El 27 de julio se llevó a cabo una reunión con los hallazgos iniciales. En la reunión, se informó que la omisión de los procedimientos de seguridad por parte de la gerencia probablemente tuviera una fuerte influencia.

También en junio, el Comité de Base de Trabajadores de USPS, que forma parte del AIO-CB, emitió un llamado para una investigación sobre las muertes de Workman y Taylor.

El trabajo del AIO-CB sobre este tema debe ampliarse. Este no es un ejercicio periodístico sino un esfuerzo para armar a los trabajadores con el conocimiento que necesitan para defenderse y pasar a la ofensiva contra la dictadura corporativa en los lugares de trabajo, que hace que estas muertes sean inevitables.

El matadero está siendo encubierto por los medios corporativos. También lo encubre la burocracia sindical, que no ha hecho nada para proteger a los trabajadores y funciona como un brazo de la patronal. El sindicato American Postal Workers Union ha guardado silencio sobre las muertes de este mes. Los trabajadores informan que el sindicato es cómplice de la muerte de Acker debido a la queja pendiente, presentada solo unas semanas antes.

La clase trabajadora comparte esta experiencia de forma universal. En UPS, en sindicato Teamsters están ayudando a llevar a cabo decenas de miles de recortes de empleos. En la industria automotriz, el sindicato United Auto Workers no ha hecho nada sobre la muerte de Adams, ni ha movido un dedo mientras miles son despedidos .

Es por eso por lo que la investigación debe ser asumida por los propios trabajadores de base. Ninguna cantidad de presión obligará a la burocracia a hacer nada, porque son parte del problema.

Un tema crítico es el papel desempeñado por la implacable reducción de costos. El USPS se encuentra en medio del programa de reestructuración Delivering for America” (DFA), iniciado bajo el primer mandato de Trump y continuado bajo Biden, destinado a hacer que la oficina de correos sea rentable al estilo de Amazon y preparar el terreno para su eventual privatización. Implica el cierre de 1.000 oficinas locales, la consolidación de decenas de miles de rutas y la concentración de las operaciones en un número menor de grandes instalaciones automatizadas que requieren muchos menos trabajadores.

Se están utilizando nuevos sistemas de monitoreo invasivos para los transportistas de la ciudad para anotar automáticamente a los trabajadores por “eventos estacionarios”. Esto contribuyó a la muerte del transportista de Dallas Eugene Gates en 2023. Entre los transportistas rurales, los trabajadores se han visto obligados a trabajar en una especie de sistema de tarifa por pieza. La reevaluación de sus rutas redujo el pago en dos tercios, a menudo en $10.000 e incluso $20.000 por año.

El programa DFA cuenta con el apoyo de la Asociación Nacional de Carteros (NALC, siglas en inglés) y los sindicatos de la Asociación Nacional de Carteros Rurales (NRLCA, siglas en inglés), que también firmaron acuerdos paralelos para implementar recortes salariales y monitorear la oposición de los trabajadores.

La implementación de DFA ha sido caótica, con retrasos de semanas en los resultados de pruebas médicas y otros correos importantes. Según un trabajador de Palmetto, la gerencia limpia las instalaciones cuando los medios o los congresistas aparecen en respuesta a protestas públicas, solo para que las cosas vuelvan a la “normalidad” después.

Las oficinas de correos están bajo ataque en todos los países. Se están realizando recortes masivos en Canada Post. Royal Mail ha sido adquirida por el multimillonario Daniel Kretinsky. Deutsche Post fue privatizada hace años, y los trabajadores postales brasileños se enfrentan a alrededor de 10.000 despidos como parte de un plan de privatización.

Las mismas condiciones se reflejan en todas las industrias. Las empresas estadounidenses han recortado 1,1 millones de empleos este año, la cifra más alta desde la Gran Recesión. Las corporaciones están salivando por el uso de la inteligencia artificial y otras tecnologías para eliminar decenas de millones de empleos. Existe una contradicción fundamental en el uso de estas tecnologías avanzadas de ahorro de mano de obra, que podrían usarse para abordar la crisis del costo de la vida y hacer que el lugar de trabajo sea más seguro, pero que en cambio se están utilizando para retroceder el reloj en las condiciones de trabajo hasta el siglo XIX.

Este proceso es posible gracias a la integración completa de la oligarquía corporativa y el gobierno. David Steiner, el nuevo director general de Correos, es miembro de la junta directiva de FedEx. David Keeling, el nuevo jefe de OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, siglas en inglés), es un exjefe de “seguridad” en UPS y Amazon, ambas notorias maquiladoras de bajos salarios. La clase dominante está cerrando las agencias de seguridad laboral, cortando los cupones de alimentos y Medicaid a decenas de millones, y destruyendo cualquier cosa que proteja remotamente a los trabajadores de lesiones y miseria.

La historia de la oficina de correos muestra que la resistencia depende de la iniciativa de las bases. La huelga postal nacional de 1970 fue una huelga salvaje en desafío a los burócratas del sindicato postal contra los ataques de Nixon.

El espíritu de resistencia debe encontrar nuevas salidas. Se deben construir nuevas organizaciones, comités de base, que combinen el control y la organización democráticos con una rebelión contra el aparato sindical. Esto debe basarse en una estrategia de unir a la clase trabajadora de todo el mundo para luchar por lo que los trabajadores necesitan urgentemente, no por lo que la gerencia está dispuesta a dar.

El domingo, la AIO-CB celebró una reunión sobre despidos masivos, dirigida por trabajadores de todas las industrias. En el informe de apertura, el escritor del WSWS Tom Hall explicó que los despidos eran parte de una “guerra contra la clase trabajadora”. El lunes, la AIO-CB emitió una declaración explicando que “la solución de la clase trabajadora debe ser el desarrollo de una red de comités de base en cada industria y lugar de trabajo, para llevar la fuerza de la clase trabajadora contra el poder arraigado de la oligarquía”.

Ha llegado el momento de luchar. Una investigación independiente sobre las muertes de Nick Acker, Russell Scruggs, Jr. y otros trabajadores postales se convertirá en la punta de lanza de la lucha para empoderar a los comités de base para que tomen el control de las condiciones de seguridad, garanticen el derecho a la vida, la salud y la seguridad en el trabajo y pongan fin a la dictadura de la producción con fines de lucro.

Completa e ste formulario para unirte a la investigación.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de noviembre de 2025)

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