En una diatriba publicada el lunes en su plataforma Truth Social, Donald Trump amenazó abiertamente a los controladores aéreos que se ausentaron durante el cierre del gobierno para trabajar en otros empleos con el fin de alimentar a sus familias, al tiempo que eran obligados a laborar seis días a la semana, 10 horas al día sin recibir salario alguno.
Trump exigió obediencia y el castigo a quienes se nieguen a trabajar sin cobrar, escribiendo:
¡¡¡Todos los controladores aéreos deben volver al trabajo, YA!!! A quien no lo haga se le “deducirá” sustancialmente… A aquellos que no hicieron más que quejarse, y se tomaron el tiempo libre, incluso sabiendo que se les pagaría, COMPLETAMENTE, en breve, NO ESTOY CONTENTO CON USTEDES.
Trump agregó:
Si desea abandonar el servicio en un futuro cercano, ¡no dude en hacerlo, sin ningún pago o indemnización de ningún tipo! Serán reemplazados rápidamente por Verdaderos Patriotas, que harán un mejor trabajo… REPÓRTESE AL TRABAJO INMEDIATAMENTE.
Esta es una amenaza real de victimizar a los controladores aéreos e imponerles una prueba de lealtad política para conservar sus puestos de trabajo. Cualquier trabajador que exprese oposición a laborar como esclavo sin remuneración, o que haya faltado al trabajo para alimentar a su familia, ahora podría enfrentar recortes salariales o despido. Mientras tanto, a quienes actúan como informantes se les prometen bonificaciones.
Las declaraciones de Trump evocan la retórica matonesca del secretario de Transporte Sean Duffy, quien el 9 de octubre amenazó con despedir a un “pequeño subconjunto de controladores que no se presenten”, denunciándolos como “niños problemáticos”. Desde entonces, sin embargo, los funcionarios de la administración han fingido simpatía hacia los controladores, expresando preocupación por los trabajadores exhaustos y sin salario, y culpando a los demócratas por provocar el “caos” en los aeropuertos.
El giro repentino de Trump refleja su preocupación ante la creciente hostilidad popular hacia su administración, la cual está dejando sin alimentos a 42 millones de personas que dependen de la asistencia alimentaria, mientras construye un salón de baile en la Casa Blanca para la oligarquía financiera. La preocupación de Trump no son los demócratas, quienes se preparan para acordar el financiamiento de su gobierno fascista, ni la burocracia sindical, que trabaja incansablemente para impedir cualquier resistencia organizada de los trabajadores. Lo que teme es la creciente radicalización de los trabajadores y la juventud, y el peligro de una resistencia colectiva de la clase trabajadora contra su régimen fascista.
Los controladores aéreos y todos los empleados federales deben tomar en sus propias manos la conducción de esta lucha, formando comités de base para organizar acciones colectivas, exigir el pago inmediato de salarios, detener las represalias y defender los programas sociales esenciales. Esta lucha debe librarse de forma independiente del aparato sindical.
En una rueda de prensa el lunes, el presidente de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos (NATCA), Nick Daniels—quien ha amenazado repetidamente a los controladores con que las huelgas coordinadas, ausencias por enfermedad u otras acciones laborales son ilegales—se arrastró ante la administración. Daniels elogió al secretario de Transporte Duffy por sus esfuerzos para “acelerar la contratación de controladores y modernizar el sistema de control de tráfico aéreo” y por su “apoyo a los controladores aéreos y para poner fin a este cierre”. Al mismo tiempo, Daniels admitió que la situación había llegado al punto de quiebre, con controladores sin salario “donando plasma” y “manejando para Uber” para pagar la gasolina, el cuidado infantil y la comida. Advirtió que el estrés adicional estaba poniendo en peligro la seguridad aérea.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha ordenado a las aerolíneas reducir los vuelos nacionales en 40 principales aeropuertos de Estados Unidos, con recortes de hasta el 10 por ciento esta semana, debido a la escasez de personal. Solo el lunes, más de 2.200 vuelos fueron cancelados y más de 8.000 retrasados. Las aerolíneas están perdiendo aproximadamente 1.000 millones de dólares por semana. Casi la mitad del transporte aéreo de carga en EE.UU. se realiza en aviones de pasajeros, lo que significa que el cierre amenaza con interrumpir las cadenas de suministro en toda la economía. La presión de las aerolíneas—rescatadas lujosamente por ambos partidos al inicio de la pandemia—es otro factor que impulsa a los demócratas a negociar un acuerdo.
Incluso antes del cierre, la FAA tenía un déficit de al menos 3.800 controladores debido a jubilaciones y fallos en la contratación. Ahora, funcionarios federales reconocen que entre 15 y 20 controladores se jubilan diariamente—frente a cuatro anteriormente—mientras que los aprendices están renunciando en grandes números.
Estas condiciones recuerdan a 1981, cuando la falta crónica de personal, el equipo obsoleto y la fatiga llevaron a la huelga de PATCO (Organización Profesional de Controladores de Tráfico Aéreo). Reagan despidió a 11.000 huelguistas y destruyó el sindicato, colocando a los trabajadores en una lista negra de por vida. NATCA, formada por rompehuelgas, ha impuesto décadas de reducción salarial y horarios insoportables.
Los controladores han expresado su indignación en las redes sociales. Uno escribió:
No empezamos ganando 180 mil dólares; de hecho, la MAYORÍA de nosotros nunca verá esa cifra… Más del 50 % trabaja seis días a la semana… Nuestro salario NO ha mantenido el ritmo de la inflación y hemos perdido el 34 % de nuestro poder adquisitivo… Nos estamos suicidando a un ritmo alarmante… Un solo error puede matar a muchas, muchas personas… Mantenemos este país en funcionamiento… Estamos sobrecargados de trabajo, mal pagados y EXTREMADAMENTE poco valorados… la gente empieza a quebrarse.
Otro explicó:
Los sacrificios exigidos… sobre nuestra salud, matrimonios, hijos… una vez estuvieron justificados… Hoy, esa ecuación ya no se sostiene… Los salarios estancados… han reducido nuestro poder adquisitivo… Las horas extra… ahora son obligatorias sólo para mantener operativas las instalaciones… Los estándares en la academia han caído visiblemente… El agotamiento es universal, la moral está irreparablemente dañada.
Las declaraciones de Trump subrayan la naturaleza de clase del cierre del gobierno y de ambos partidos controlados por las corporaciones. A quienes se oponen a trabajar sin salario se les trata como enemigos, mientras que a quienes demuestran obediencia se les recompensa. Es la lógica de la dictadura.
Tras bambalinas, ambos partidos capitalistas están negociando la restauración de las operaciones estatales—no para proteger al pueblo trabajador, sino para garantizar el funcionamiento continuo de Wall Street, el aparato militar-inteligencia y la maquinaria de represión.
La clase trabajadora debe responder formando comités de base, conectando agencias federales, centros de trabajo e industrias, y preparando acciones colectivas, incluidas huelgas. Estos comités deben exigir:
• Pago inmediato de todos los salarios
• Ninguna represalia contra ningún trabajador
• Dotación completa de personal y horarios humanos
• Equipos seguros y modernos bajo control de los trabajadores
• Defensa de los programas sociales—oposición a toda austeridad
• Fin a ICE y a la ocupación militar de las ciudades estadounidenses
Las lecciones de PATCO deben ser aprendidas. En 1981, existía un amplio apoyo para una huelga general contra la ofensiva antisindical de Reagan, pero fue bloqueada por la AFL-CIO, lo que allanó el camino para décadas de ataques corporativo-gubernamentales y un declive histórico en la posición social de la clase trabajadora. Ante el giro de la clase dominante hacia el fascismo y la dictadura, la burocracia sindical funciona como un brazo del Estado contra los trabajadores.
La defensa de los controladores aéreos forma parte de una lucha más amplia contra el autoritarismo, la guerra y la explotación capitalista. Solo la movilización independiente de la clase trabajadora, organizada en comités de base y luchando por una reorganización socialista de la sociedad, puede garantizar derechos democráticos, condiciones laborales seguras y un futuro libre de hambre, pobreza y guerra.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de noviembre de 2025)
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