Durante los últimos dos meses, más de 1.000 músicos y discográficas han firmado una iniciativa para retirar su música de Israel en protesta contra los crímenes masivos perpetrados por el régimen sionista.

El sitio web de la campaña explica que No Music for Genocide “es un boicot cultural contra Israel”. Los artistas y sellos participantes,

han bloqueado geográficamente y retirado su música de ese territorio en respuesta al genocidio de Israel en Gaza; a la ocupación y limpieza étnica de Cisjordania; al apartheid dentro de Israel / ’48; a la represión política de los esfuerzos pro-Palestina dondequiera que vivamos; y a los vínculos de la industria musical con las armas y los crímenes de lesa humanidad.

Este acto tangible es solo un paso hacia el cumplimiento de las exigencias palestinas de aislar y deslegitimar a Israel mientras mata sin consecuencias en el escenario mundial.

No Music for Genocide denuncia los dobles estándares de la industria musical y su descarada hipocresía. Señala que, en cuestión de meses tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022,

todas las grandes discográficas retiraron unilateralmente su catálogo completo de Rusia o cerraron completamente sus operaciones, condenando implícita o explícitamente las acciones de Putin mientras donaban a Ucrania. No se han adoptado medidas similares contra Israel (ni en apoyo a los palestinos) tras décadas de ocupación ilegal, apartheid y más de dos años de genocidio acelerado en Gaza. Israel ha violado más de 100 veces el alto el fuego de octubre de 2025 en Palestina, asesinando a cientos más de palestinos, tal como ha violado repetida y violentamente anteriores treguas tanto en Palestina como en Líbano.

La lista de artistas que se han sumado al boicot contra Israel, en su mayoría provenientes de Estados Unidos, Irlanda, el Reino Unido y Europa, incluye a Fontaines D.C., Kneecap, The Knife, Massive Attack, Lorde, Björk, Paul Weller, Wet Leg, Clairo, Lucy Dacus, Nao, Wolf Alice, Of Monsters and Men, Nilüfer Yanya, Faye Webster, Arca, MIKE, Japanese Breakfast, Redveil, Hayley Williams, Marina, Muna, Idles y Obongjayar.

Un portavoz de No Music for Genocide declaró a Rolling Stone:

Tenemos la esperanza de que este nuevo alto el fuego ponga fin a lo peor de lo peor, si Israel no lo viola, pero nuestra urgencia permanece intacta. El ‘plan de paz’, impuesto a los palestinos bajo la amenaza de un genocidio continuado, no ofrece garantías ni caminos creíbles para una retirada total de Israel de Gaza; el fin del apartheid y la ocupación israelí; los derechos palestinos a la autodeterminación, al autogobierno y al retorno de los refugiados; ni justicia contra los criminales de guerra israelíes.

En redes sociales, el grupo argumenta que, a pesar del llamado alto el fuego,

los palestinos enfrentan las brutales consecuencias del genocidio. Israel ha provocado al menos 240.000 víctimas (con algunas estimaciones por encima de 650.000) y ha desplazado al 95% de la población palestina en el enclave, mientras destruía o dañaba el 92% de las viviendas y el 94% de las tierras agrícolas. Casi todas las infraestructuras vitales para la vida han sido atacadas. En la Cisjordania ocupada, la violencia estatal-colona contra los palestinos ha alcanzado niveles históricos.

En su sección de preguntas frecuentes (FAQ), No Music for Genocide plantea: “¿Es antisemita criticar y boicotear a Israel?”

Su respuesta afirma que décadas antes del Holocausto,

innumerables estudiosos y líderes religiosos judíos se opusieron vehementemente a la ideología política, el sionismo, que llevó al surgimiento del moderno Estado nación de Israel. Los padres fundadores europeos del sionismo hablaban abiertamente de sus ambiciones en Palestina como un proyecto “colonial” en el siglo XIX. … Cada vez más judíos en el mundo están reviviendo la tradición del antisionismo judío. En cualquier caso, la prioridad en este momento es acabar con el apartheid, la ocupación y el genocidio israelíes, no con acusaciones de antisemitismo hechas de mala fe.

En una declaración a NPR, funcionarios de la embajada israelí en Washington, representantes de un régimen de asesinatos en masa despreciado en todos los rincones del planeta, condenaron la protesta de los músicos como “discriminatoria, inmoral y equivocada”.

Boicots como estos no hacen nada para promover la paz ni mejorar la vida de israelíes o palestinos. Por el contrario, profundizan la división y perjudican a la gente misma que dicen apoyar.

En respuesta al boicot contra los nazis en 1933 organizado por organizaciones judías estadounidenses, el ministro de propaganda Joseph Goebbels declaró que los informes sobre crímenes nazis no eran más que “propaganda internacional de atrocidades” y que los judíos alemanes serían perjudicados “moral y comercialmente” si no se ponía fin al boicot.

No cabe duda de que No Music for Genocide y la respuesta de cientos de artistas reflejan un giro general hacia la izquierda que está en marcha. Los crímenes horrendos del sionismo, respaldados hasta el fondo por todas las grandes potencias, han abierto los ojos de decenas de millones, en especial de los jóvenes, sobre la verdadera naturaleza del orden social y económico actual.

Como comentamos en septiembre, al informar sobre el llamado de Trabajadores del Cine por Palestina a boicotear las instituciones cinematográficas israelíes:

La acumulación constante de llamados, protestas y cartas abiertas por parte de miles de actores, directores y otros, refleja una ira genuina y una creciente radicalización en los círculos artísticos e intelectuales. También sugiere un estancamiento político que es necesario superar. Las protestas dirigidas a los gobiernos y los partidos existentes, e incluso el legítimo castigo a las instituciones israelíes, no cambiarán la espantosa situación. Solo el movimiento de la clase obrera internacional, que debe entrar en acción contra la sociedad capitalista responsable de estos crímenes histórico-mundiales, podrá hacerlo. Los artistas tendrán que volver su atención en esa dirección.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de noviembre de 2025)