Elon Musk, el hombre más rico del mundo con un patrimonio neto de 461.000 millones de dólares, ha recibido un paquete salarial de 1 billón de dólares (en el sistema numérico estadounidense, “trillion”) por un periodo de diez años, lo que coloca al director ejecutivo en camino de convertirse en el primer billonario del mundo.
Comentando sobre la magnitud del pago, aprobado el jueves, el grupo de defensa del consumidor Public Citizen escribió: “Un billón de dólares es inconcebible. Un millón de segundos equivale a unos 11 días. Mil millones de segundos son aproximadamente tres décadas. Un billón… 30.000 años. Si Musk trabaja 40 horas a la semana con dos semanas de vacaciones, o aproximadamente 200.000 horas en 10 años, eso equivale a 50 millones de dólares por hora”.
El inaudito pago a Musk fue otorgado la misma semana en que el gobierno de Trump anunció planes para recortar los beneficios de cupones de alimentos, amenazando con el hambre a decenas de millones de familias estadounidenses.
El paquete fue aprobado tras una votación del 75 por ciento de los accionistas de Tesla. Entre las instituciones que votaron a favor se encuentran la empresa de servicios financieros Charles Schwab Corporation y el fondo Counterpoint Global de Morgan Stanley. “Creemos firmemente que apoyar esta propuesta alinea los intereses de la dirección y los accionistas”, afirmó Charles Schwab en un comunicado.
El respaldo destacado del paquete salarial de Musk por parte de Charles Schwab Corporation y Morgan Stanley, junto con los votos afirmativos entre bastidores de otras grandes instituciones financieras, apunta a su significado más amplio. La gigantesca paga a Musk envía un mensaje claro desde Wall Street: no hay límite para los sueldos de los CEO y para el enriquecimiento de la oligarquía financiera.
Musk, un fascista que celebró la segunda investidura del presidente estadounidense Donald Trump con un saludo público de Sieg Heil, afirmó que su principal motivación para buscar el paquete salarial era asegurar un control personal directo sobre decisiones de vida o muerte para la humanidad. “No me siento cómodo construyendo un ejército de robots si no tengo al menos una fuerte influencia,” declaró Musk.
El pago convertiría la fortuna de Musk en equivalente a toda la capitalización bursátil de Tesla, que actualmente se sitúa en 1,5 billones de dólares. Musk controla el 15 por ciento de las acciones de Tesla, participación que aumentará hasta cerca del 28 por ciento bajo el nuevo acuerdo. Las acciones le serán entregadas en doce partes a lo largo de diez años.
La justificación pública presentada para este paquete salarial—el más grande de la historia por un margen amplio—es alinear los intereses de Musk y los accionistas de Tesla mediante incentivos para que el director ejecutivo cumpla objetivos de ventas y de acciones.
Pero esto no es más que una fachada, y el acuerdo permite a la junta directiva de Tesla, compuesta en su mayoría por allegados de Musk, otorgarle las acciones incluso si no alcanza los objetivos establecidos. “Aunque pretende estar vinculado a metas muy ambiciosas, en realidad le da a la junta discreción para concederle las acciones haya cumplido o no dichas metas,” dijo la experta en gobernanza corporativa Nell Minow, presidenta de ValueEdge Advisors.
Tesla enfrenta una creciente competencia global por parte de fabricantes chinos de automóviles, y sus beneficios han caído un 9 por ciento interanual.
Musk afirmó que la votación abre “un nuevo capítulo entero” en la historia de Tesla. La empresa, dijo, planea reenfocarse en la fabricación de robots humanoides, declarando: “Estamos entrando en escenarios bastante salvajes de ciencia ficción.”
Tesla ha promovido este tipo de declaraciones desde su fundación, proclamando repetidamente que los autos autónomos, junto con taxis y semirremolques autónomos, estaban a punto de ser lanzados. Estas promesas nunca se han materializado.
Lo que sí se ha materializado, sin embargo, es el continuo aumento de las acciones de Tesla, que alcanzaron un récord histórico el jueves y se han duplicado desde abril.
Además de ser el mayor accionista de Tesla, Musk posee importantes participaciones en SpaceX, el monopolio de lanzamientos espaciales que controla el 84 por ciento del mercado; y X, la red social anteriormente conocida como Twitter, que Musk utiliza para entrenar el modelo de lenguaje Grok de X.
El paquete salarial de Musk es, por órdenes de magnitud, más grande que cualquier otro otorgado a un director ejecutivo en la historia. Según la base de datos sobre compensación ejecutiva de la AFL-CIO, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, ganó poco más de 79 millones de dólares en 2024. El CEO de Apple, Tim Cook, ganó aproximadamente 75 millones, y el CEO de Starbucks, Brian Niccol, recibió un poco menos de 96 millones.
En 1965, un director ejecutivo típico ganaba 20 veces el salario de un trabajador medio. Esta cifra llegó a 122 veces en 2016 y ascendió a 348 veces ese mismo año.
Solo en los últimos 12 meses, los 10 multimillonarios más ricos de EE.UU. aumentaron su riqueza en unos 700.000 millones de dólares. Durante este período, su patrimonio creció un asombroso 40 por ciento, de 1,79 billones a 2,5 billones de dólares.
A principios de esta semana, la organización benéfica Oxfam informó que, desde 2020, el patrimonio ajustado a la inflación de los diez hombres más ricos de Estados Unidos se ha multiplicado por seis. Elon Musk, cuyo patrimonio era de 33.000 millones de dólares en marzo de 2020, ha aumentado hasta 469.000 millones, un incremento de 14 veces.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, él mismo multimillonario, ha prometido hacer todo lo posible por ampliar la riqueza de esta oligarquía financiera, que constituye la base de apoyo para su esfuerzo por transformar a Estados Unidos en una dictadura presidencial.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de noviembre de 2025)
