El sábado 1° de noviembre, una explosión en una tienda minorista de bajo costo en el centro de Hermosillo, capital del estado de Sonora en el noroeste mexicano, dejó un saldo de 23 muertos y 15 heridos. Entre las víctimas fatales y los heridos hay niños.
Muchas de las víctimas se encontraban comprando en la sucursal de Waldo’s artículos para las fiestas del Día de los Muertos.
Al momento de redactar esta nota, tres víctimas permanecen hospitalizadas: Marcos Segundos Reyes, de 81 años, quien presenta quemaduras de tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo; María Isabel Morales Bracamontes, de 20 años, trasladada a un hospital en Phoenix, Arizona, para recibir atención especializada; y Danna Valeria, de 16 años, quien pasaba frente a la tienda cuando ocurrió la explosión. Sus familias han expresado su agradecimiento por la solidaridad popular, incluyendo donaciones de sangre.
El fiscal general de Sonora, Gustavo Rómulo Salas Chávez, declaró a los medios que, de acuerdo con la investigación preliminar, la mayoría de las muertes fueron causadas por la “inhalación de gases tóxicos”.
La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE Sonora) está interrogando a funcionarios públicos de los niveles municipal, estatal y federal, con un enfoque en la concesión de licencias y permisos a la tienda.

La FGJE identificó rápidamente a un transformador eléctrico como la probable causa del incendio. La explosión fue precedida por dos breves apagones; el estrés consecuente sobre el transformador probablemente desencadenó el incendio.
El consultor en gestión de riesgos y protección civil Mariano Katase Ruiz, entrevistado por el periódico hermosillense El Imparcial, señaló que la sucursal de Waldo’s presentaba dos irregularidades graves: la instalación indebida del transformador en el interior del local y la ausencia de una salida de emergencia.
Cualquiera de estas fallas representa un “riesgo inminente” y debió ocasionar el cierre del establecimiento por parte de las autoridades, dijo Katase Ruiz al periódico.
“Hay dos violaciones muy graves”, dijo, “transformador dentro del local y el local sin salida de emergencia. Desde mi muy personal punto de vista, la salida de emergencia no se negocia, si un local no tiene salida de emergencia, no debe operar”.
Todo indica negligencia gubernamental, si no corrupción abierta.
El secretario de Gobierno del estado, Adolfo Salazar Razo, confirmó que el plan de protección civil de la tienda fue rechazado en 2021, bajo la administración actual, y que había estado operando sin uno desde entonces.
El Mitotero, periodista local independiente que escribe bajo seudónimo, citó a una fuente anónima que compartió imágenes e información sobre el transformador, que era en efecto una “bomba de tiempo”.
“El problema fue reportado y lo ignoraron. El transformador fue instalado de manera incorrecta, encerrado y sin ventilación. … Eso era peligroso. Estoy haciendo esto porque lo que pasó me duele; se pudo haber evitado”, expresó la fuente.
El incendio ha retraumatizado a los habitantes de Hermosillo que vivieron o recuerdan el incendio de la Guardería ABC del 5 de junio de 2009, que mató a 49 niños y dejó docenas de heridos, incluyendo a varios adultos. Ese incendio comenzó en una bodega adyacente —mal acondicionada— que contenía documentos financieros del gobierno antes de propagarse a la guardería.
Esa tragedia fue resultado de corrupción flagrante. El local no contaba con extinguidores ni salidas de emergencia, pero aun así fue autorizado para operar y recibir fondos federales. Era copropiedad de las esposas de dos funcionarios estatales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), uno de los cuales era también primo de Margarita Zavala, esposa del entonces presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).
Los habitantes de Hermosillo, con madres y padres de víctimas de ABC a la cabeza, están exigiendo acciones firmes para que una catástrofe así no vuelva a ocurrir.
El Movimiento de Cinco de Junio, una organización conformada por sobrevivientes y padres de las víctimas de la Guardería ABC, emitió una emotiva declaración convocando a una protesta el 5 de noviembre.
“A las familias de las víctimas del incendio en la tienda Waldo’s, les decimos que no están solas, así como nunca lo hemos estado nosotros. Queremos que sepan que entendemos perfectamente por lo que están pasando, que desde el primer minuto que supimos de la magnitud del incendio nuestros pensamientos y corazones han estado con ustedes. Queremos que sepan que desde hace 16 años hemos luchado para evitar la repetición de una tragedia similar a la de nuestros hijos. … Lo sentimos, les fallamos”.
Cientos respondieron a este llamado y marcharon al Palacio de Gobierno, gritando “49+23, ¿cuántos más?”, “¡Nunca más!” y “No fue un accidente, fue corrupción”.
Rosalinda Ríos, madre de la trabajadora fallecida de Waldo’s, Jesús Ana María Cortez Ríos, habló de su hija: “Era una joven responsable y eso le costó la vida”.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y el gobernador sonorense Alfonso Durazo, ambos del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), expresaron sus condolencias a las víctimas y prometieron investigaciones. La cúpula empresarial de Waldo’s también expresó sus condolencias.
Las lágrimas de cocodrilo de estos políticos deben analizarse con el mismo escepticismo que las de los empresarios. MORENA, al igual que el PRI y el PAN, está comprometido con la defensa de la propiedad privada y la subordinación de México al imperialismo estadounidense, incluso bajo el régimen fascista de Donald Trump.
En este marco, es imposible garantizar condiciones laborales seguras y espacios públicos protegidos. Aunque ciertos problemas implicados sean más endémicos —o al menos más notorios— en países “en vías de desarrollo” como México, las condiciones en los centros imperialistas se están deteriorando a causa de la contrarrevolución social de décadas, la cual se ha acelerado con rapidez bajo Trump y otros políticos de extrema derecha, como lo demuestra la frecuencia de muertes laborales en el matadero industrial de Estados Unidos.
Para garantizar sus derechos sociales y su nivel de vida, los trabajadores a ambos lados de la frontera deben unirse en un movimiento internacional por el control democrático de los trabajadores sobre la producción y la planificación económica, es decir, por el socialismo.
(Artículo originalmente publicado en inglés el 6 de noviembre de 2025)
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