La Flotilla Global Sumud, un convoy de más de 50 embarcaciones civiles con más de 500 activistas, trabajadores humanitarios y legisladores de unos 45 países, navega por el Mediterráneo oriental rumbo a Gaza. Según los activistas, se está acercando a “la zona de alto riesgo” donde flotillas anteriores fueron interceptadas.
Dos potencias imperialistas europeas, España e Italia, han enviado buques de guerra para acompañar a la flotilla. Su misión declarada no es defender los barcos, sino prepararse para operaciones de rescate en caso de que el ejército israelí los ataque de forma ilegal y violenta.
El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, declaró ante el parlamento: “No es un acto de guerra, no es una provocación: es un acto de humanidad, que es un deber del Estado hacia sus ciudadanos”. Crosetto instó a los organizadores de la flotilla a entregar la ayuda humanitaria en Chipre, ya que “una vez que salgan de aguas internacionales y entren en aguas de otro Estado, la seguridad ya no puede garantizarse”. Italia retirará sus buques de guerra cuando la flotilla se encuentre a 120 millas de Gaza.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró en la ONU en Nueva York: “Mañana enviaremos un buque de la Armada desde Cartagena con todos los recursos necesarios … para asistir a la flotilla y llevar a cabo una operación de rescate”.
Turquía anunció también que participará en una operación de rescate si es necesario y ya tiene drones monitoreando la flotilla.
El despliegue de buques de guerra busca desviar la ira popular y ofrecer a los gobiernos que llevan dos años facilitando el genocidio un pretexto mientras continúa la masacre.
España e Italia responden a una oleada de protestas contra el genocidio israelí y su propia complicidad. Las manifestaciones han sacudido las ciudades españolas e italianas durante casi dos años.
El 22 de septiembre en Italia, decenas de miles de trabajadores y jóvenes salieron a las calles en más de 75 ciudades con el lema “Bloqueemos todo”, lo que dio lugar a acciones de huelga general, interrupciones en el transporte, bloqueos de puertos y la ocupación de plazas públicas. Estibadores en Génova y Livorno se negaron a cargar envíos con destino a Israel, y en Rávena los trabajadores portuarios obligaron al alcalde a bloquear el tránsito de contenedores con explosivos.
En España, los manifestantes han confrontado repetidamente a Sánchez por la hipocresía de su gobierno, que por un lado condena públicamente la carnicería, mientras por otro autoriza ventas de armas, colabora con fabricantes de armamento israelíes y permite que puertos españoles sirvan como puntos clave para el tránsito de armas y bombas destinadas al genocidio. Esta ira estalló el 14 de septiembre cuando más de 100.000 personas tomaron las calles de Madrid contra la participación del equipo ciclista Israel–Premier Tech y forzaron la cancelación de la última etapa de la Vuelta a España, una de las “Grandes Vueltas” del ciclismo.
La flotilla incluye al socioambientalista brasileño Thiago Ávila, la activista climática sueca Greta Thunberg, la activista turco-alemana Yasemin Acar, y Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona. Viajan también los parlamentarios italianos Arturo Scotto del Partito Democratico (PD) y Marco Croatti del Movimento 5 Stelle (M5S), así como eurodiputadas como Annalisa Corrado (PD) y Benedetta Scuderi (Europa Verde/Alianza Verde-Izquierda). Desde Francia participa Emma Fourreau de La France Insoumise y desde Portugal Mariana Mortágua del Bloco de Esquerda. El político español Jaume Asens, vinculado a Barcelona en Comú con respaldo de Podemos, también está a bordo de uno de los barcos.
El peligro que se cierne es otro acto de piratería estatal y derramamiento de sangre, que remite al asalto de 2010 al Mavi Marmara, en el que fueron asesinados nueve activistas.
Eden Bar-Tal, director general del ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, señaló que el ejército israelí “no permitirá” que los barcos de la flotilla entren a Gaza, y agregó: “Cualquier negativa posterior [a depositar la ayuda en otro puerto] pondrá la responsabilidad en los organizadores de la flotilla”. El canciller Gideon Saar declaró en X que el rechazo de la propuesta del gobierno de Giorgia Meloni de descargar la ayuda en Chipre y entregarla al Patriarcado Latino de Jerusalén para su distribución en Gaza era “prueba de que su verdadero propósito es provocar y servir a Hamás”.
Israel ha afirmado que no atacará a los buques militares españoles e italianos, pero que su presencia no disuade su accionar. Bar-Tal puntualizó: “No tenemos problema con que haya barcos alrededor”.
Dos intentos previos este año de entregar ayuda por mar fueron bloqueados por las fuerzas israelíes. En junio, el Madleen fue asaltado y su tripulación arrestada y deportada. En mayo, el Conscience fue alcanzado por drones frente a la costa de Malta y tuvo que ser rescatado.
Las fuerzas israelíes han matado a soldados españoles en el sur de Líbano, siendo el caso más notorio el del cabo Francisco Javier Soria en 2015. Madrid no tomó ninguna represalia. Italia también ha sido víctima de repetidos disparos por parte de Israel contra sus contingentes en la ONU sin respuesta alguna.
EE.UU., el principal aliado de Israel, demostró hace tiempo cuán poco le importan incluso las vidas de sus propios soldados cuando están en juego las alianzas imperialistas. En junio de 1967, durante la Guerra de los Seis Días, aviones y lanchas torpederas israelíes atacaron al USS Liberty, matando a 34 marinos estadounidenses y dejando más de 170 heridos. El gobierno de Lyndon B. Johnson suprimió las pruebas y encubrió el crimen para proteger la alianza con Israel.
En paralelo al envío del buque de guerra, el gobierno español anunció restricciones al uso de las bases estadounidenses en Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) para el traslado de armas a Israel. Durante dos años, Madrid ha permitido que estas bases funcionen como centros logísticos para el enorme flujo de armamento de Washington hacia Israel. No obstante, España no inspecciona los aviones ni barcos estadounidenses, y la carga del Pentágono puede ocultarse o desviarse vía Alemania, Italia o las Azores. La nueva prohibición del gobierno no es más que otra maniobra para calmar la indignación.
La otra gran medida anunciada por Sánchez, un decreto sobre el embargo de armas a Israel, está lleno de excepciones. Las transferencias de “material de defensa” se permiten cuando una prohibición “pueda perjudicar los intereses nacionales”. Esto permite que el complejo militar-industrial español y el Estado continúen comerciando con Israel al tiempo que se presenta como defensor del derecho internacional.
España, Italia y sus contrapartes europeas no están rompiendo con Israel. Siguen siendo parte de la OTAN, la alianza que arma y financia la masacre en Gaza. Sus despliegues navales y restricciones en bases militares no son más que un pretexto, una forma de presentarse como defensores de la población civil mientras permiten que continúe el genocidio sin impedimento. La cuestión decisiva es la movilización independiente de la clase trabajadora en cada país contra la guerra, el genocidio y el imperialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de septiembre de 2025)
Leer más
- Israel ataca a la tercera Flotilla humanitaria de la Libertad/Sumud con destino a Gaza
- Global Sumud Flotilla to set sail from European and Tunisian ports against Israel’s genocide in Gaza
- Protestas masivas en toda Europa tras el secuestro por Israel del barco de la Flotilla de la Libertad con ayuda para Gaza