Cientos de miles de trabajadores se irán hoy a la huelga en Francia como parte de una jornada nacional de acción, una semana después de la caída del gobierno francés y de las protestas masivas de “Bloquearlo todo” convocadas por redes sociales. Ante el incremento de la ira social contra el presidente Emmanuel Macron y su nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, Francia enfrenta no sólo una crisis parlamentaria. Está atravesando una crisis de gobernabilidad profundamente arraigada en un conflicto internacional entre la clase obrera y la oligarquía capitalista.
Los trabajadores rechazan las exigencias del establishment político en toda Europa de aplicar brutales recortes sociales para financiar la deuda soberana y guerras impopulares, al tiempo que se preservan las obscenas fortunas de la oligarquía. Reemplazar a François Bayrou por Lecornu como primer ministro no ha aminorado en lo más mínimo este conflicto de clases insoluble. Mientras Lecornu se reunía con los líderes sindicales y del Partido Socialista burgués (PS) para discutir nuevos recortes y formar otro gobierno minoritario, su índice de aprobación descendía al 16 por ciento.
En las explosivas luchas de clases que se aproximan, la clase obrera debe tomar el control de sus propias luchas. Las organizaciones militantes de base, construidas completamente fuera del marco de la política oficial, deben arrebatar el control de la lucha de clases de manos de las burocracias sindicales y su “diálogo social” con el Estado capitalista. Esta es la única manera en que los trabajadores pueden organizar una resistencia efectiva y derrotar el programa de fascismo, genocidio y guerra de la oligarquía gobernante.
Se deben sacar las lecciones políticas de la ola de huelgas que sacudió Europa en 2023, incluyendo la derrota de la lucha contra el recorte de pensiones impuesto por Macron. Una abrumadora mayoría del pueblo francés se opuso a esos recortes, millones de trabajadores se declararon en huelga y disturbios sacudieron ciudades de todo el país. Sin embargo, Macron logró imponer sus recortes, gracias a que las direcciones sindicales y los partidos que componen el Nuevo Frente Popular (NFP) de Jean-Luc Mélenchon desconvocaron las huelgas y protestas apenas Macron promulgó sus ilegítimos recortes como ley.
La clase obrera no puede derrotar los ataques que enfrenta sin romper con las burocracias que vigilan la lucha de clases y facilitan que el Estado capitalista gobierne contra el pueblo. La escalada de guerras imperialistas, austeridad social y ataques a los derechos democráticos que se ha profundizado desde la disolución estalinista de la Unión Soviética en 1991 ha avanzado tanto que ya no es compatible con formas democráticas de gobierno.
En toda Europa, la clase dominante exige una escalada militar y pagos a los bancos que sólo pueden llevarse a cabo destruyendo el Estado de bienestar e hipotecando a la población trabajadora. La deuda soberana asciende al 114 por ciento del PIB en Francia, al 150 por ciento en Italia, al 104 por ciento en España y al 102 por ciento en Reino Unido. El plan de rearme de Alemania por un billón de euros podría llevar su deuda al 90 por ciento del PIB. Francia, con ingresos fiscales de €330.000 millones, gasta casi €100.000 millones en intereses de deuda, €50.000 millones en el ejército y ha prometido aumentar el gasto militar en otros €100.000 millones hasta alcanzar el 5 por ciento del PIB.
Existen dos alternativas tajantes: o la clase obrera rompe con el diktat de la oligarquía capitalista, detiene la guerra y los pagos a los bancos; o la oligarquía intensificará la guerra destruyendo los programas sociales esenciales de los que depende el pueblo francés.
Sectores poderosos de la burguesía comprenden que están embarcándose en una guerra de clases contra los trabajadores que requerirá una dictadura de tipo fascista. Esto se refleja en el anuncio del partido neofascista Reagrupamiento Nacional (RN), expresado en una carta abierta del presidente del RN, Jordan Bardella, dirigida a los CEO de las grandes empresas francesas, de que está dispuesto a duplicar las medidas de austeridad previstas por Macron hasta alcanzar €100.000 millones en recortes, si llega al poder.
La política de Mélenchon, por su parte, busca adormecer a la clase obrera y mantenerla subordinada a la burocracia sindical. Ha declarado que “basta con dejar que la situación madure”, aludiendo al hecho de que algunas burocracias sindicales han convocado protestas y afirmando que “es inútil agotarse intentando hacer más”. Al alimentar falsas esperanzas de que las burocracias sindicales convocarán más protestas y forzarán la dimisión de Macron, no dice ni una palabra sobre cómo preparar a los trabajadores y jóvenes para el escenario en que la burguesía reaccione a la caída de Macron con ataques aún más brutales contra los trabajadores.
De hecho, la defensa de los derechos sociales y democráticos fundamentales de la clase obrera requiere una movilización masiva de la base, que luche por la autoorganización de los trabajadores y la preparación de una huelga general para derrocar a Macron. Esto es inseparable de la construcción de un movimiento político dentro de la clase obrera, en Francia y en todo el continente, por el poder de los trabajadores y una revolución socialista.
El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) hace un llamado a transferir el poder en todas las fábricas y centros de trabajo de las burocracias sindicales a los comités de base. Para librar esta lucha, los trabajadores necesitan organizaciones de base para superar la oposición de las burocracias sindicales cuyo “diálogo social” mantiene a los trabajadores atados al diktat del Estado capitalista. El Partido Socialista por la Igualdad propone las siguientes consignas para lanzar una ofensiva política en la clase obrera que construya apoyo para la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB):
¡Expropiar a la oligarquía capitalista!
Los trabajadores deben rechazar la mentira de que no hay dinero para los programas sociales y el empleo. Los billones de euros que monopoliza la oligarquía capitalista en Francia y en toda Europa deben utilizarse para financiar programas sociales clave y reconstruir la industria, la infraestructura y empleos. Esto requiere una lucha de la clase obrera por expropiar a la oligarquía y convertir las principales empresas europeas en una red de servicios públicos al servicio de los intereses del pueblo.
¡Derrocar a Macron y abolir la presidencia ejecutiva de la Quinta República!
La oligarquía capitalista gobierna contra el pueblo a través de la represión policial y el arresto masivo de huelguistas. La presidencia ejecutiva instaurada con la Constitución de 1958, el centro neurálgico de complots del Estado policial contra la democracia, debe ser abolida. En última instancia, acabar con los ataques a los derechos democráticos exige la transferencia del poder a organizaciones de la clase obrera: del mismo modo que no puede haber socialismo sin democracia, no puede haber democracia sin socialismo.
¡No a la guerra imperialista ni a la OTAN, construyamos un movimiento antibélico en la clase obrera!
Los profundamente impopulares planes de Macron de enviar tropas francesas a Ucrania deben ser derrotados. Francia debe abandonar la alianza imperialista OTAN, que amenaza con desatar una guerra nuclear con Rusia, como parte de una lucha internacional de la clase obrera por desmantelar la OTAN y acabar con sus guerras. Ni un solo centavo a los aumentos presupuestarios para “guerras de alta intensidad”, es decir, masacres masivas como la horrorosa matanza fratricida actual entre soldados ucranianos y rusos.
¡Detener el genocidio en Gaza! ¡No a la persecución de los opositores al genocidio!
Los trabajadores de Francia e internacionalmente deben bloquear la producción y envío de armas a Israel. La criminalización de los opositores al genocidio en Gaza mediante falsas acusaciones de terrorismo o antisemitismo debe cesar. Los dirigentes israelíes responsables del genocidio, así como los funcionarios franceses y de la OTAN cómplices por su apoyo o armamento al Estado israelí, deben ser enjuiciados.
¡Alto a la persecución de inmigrantes! ¡Por la unidad internacional de la clase obrera!
La lucha por el socialismo es inseparable de la unidad internacional de la clase obrera contra los intentos de la clase dominante de dividir a los trabajadores por líneas nacionales. Los trabajadores deben oponerse a la persecución de inmigrantes, la construcción de campos de detención para refugiados y las leyes discriminatorias como las prohibiciones al uso de vestimenta musulmana en las escuelas francesas.
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Los aliados más poderosos de los trabajadores y jóvenes franceses son los millones de trabajadores en Europa e internacionalmente que se oponen a la guerra, el fascismo, el genocidio y la austeridad. Los burócratas y los políticos populistas se interpondrán en el camino de construir una alianza de lucha con ellos. Los trabajadores deben construir sus propias organizaciones de lucha de base y un movimiento político para transferir el poder a la clase obrera en Francia, toda Europa y a nivel mundial, reemplazando la Unión Europea capitalista por los Estados Unidos Socialistas de Europa.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de septiembre de 2025)
Leer más
- As French government and debt crises mount, Mélenchon denies there is a capitalist crisis
- En medio de la crisis del gobierno francés, el partido neofascista RN busca el apoyo de la oligarquía capitalista
- La jornada de acción “Bloquearlo todo” del 10 de septiembre revela una ira social explosiva en Francia
- Construir comités de base para luchar contra Macron y la guerra — respuesta a Mélenchon
- Estalla la ira social en las protestas de “Bloqueemos Todo” a través de Francia