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El terror israelí en Ciudad de Gaza se intensifica tras fallido intento de asesinato contra negociadores de Hamás

El humo se eleva hacia el cielo tras un ataque militar israelí en la Franja de Gaza, visto desde el sur de Israel, jueves 11 de septiembre de 2025. [AP Photo/Leo Correa]

Dos días después de que Israel intentara asesinar a negociadores de Hamás con un ataque aéreo en la capital catarí, Doha, el régimen sionista ha intensificado sus ataques genocidas en toda la Franja de Gaza.

Desde el martes, decenas de palestinos han sido asesinados en medio de un bombardeo implacable, mientras el hacinamiento en los campamentos del sur obliga a civiles a regresar a sus hogares en Ciudad de Gaza, incluso mientras las fuerzas israelíes emiten órdenes de evacuación y arrasan estructuras residenciales hasta los cimientos.

En las últimas 48 horas, más de 70 palestinos han sido asesinados en toda Gaza, y la cifra de muertos sigue aumentando ante ataques intensos que tienen como blanco tanto hogares como personas que buscan ayuda. El Ministerio de Salud de Gaza informa ahora que las víctimas de la guerra han superado las 64.000, siendo un tercio de ellas niños.

Organizaciones humanitarias confirman que la infraestructura civil continúa siendo destruida sistemáticamente por la campaña israelí, profundizando la crisis de cerca de un millón de palestinos desplazados.

La situación en los campamentos para desplazados del sur de Gaza ha llegado a un punto de quiebre, con condiciones “tan desesperadas que algunas personas que huyeron de la nueva ofensiva israelí sobre la hambrienta Ciudad de Gaza en los últimos días están regresando hacia las bombas que caen”, informó Reuters.

Los campamentos—particularmente Mawasi—están enormemente sobrepoblados y carecen de recursos básicos. Muchos retornados describen la imposibilidad de conseguir refugio o seguridad en las instalaciones del campamento. “Viajar dentro de Gaza cuesta mucho y es lento debido a la destrucción de vehículos y caminos”, agrega Reuters.

Funcionarios de la ONU estiman que entre 70.000 y 80.000 palestinos han salido de Ciudad de Gaza en los últimos tres días, pero la mayoría del estimado de un millón de habitantes de la ciudad permanece. Más de 650.000 personas que habían huido anteriormente regresaron durante el alto al fuego en enero con la esperanza de recuperar sus hogares, incluso cuando comenzaron nuevas evacuaciones.

Imágenes satelitales revelan una vasta red de carpas y edificios en ruinas poblados por civiles desplazados decididos a no ser desplazados de nuevo.

Al Jazeera informó el jueves sobre los últimos 30 minutos dentro de la Torre Mushtaha—un edificio emblemático de 12 pisos en el extremo occidental de Ciudad de Gaza que fue demolido por múltiples ataques aéreos israelíes. Los residentes recibieron órdenes de evacuación momentos antes de que comenzara el bombardeo. Hind Khoudary, corresponsal de Al Jazeera, describió: “Las fuerzas israelíes lo atacaron con dos bombardeos aéreos: el primero fue una advertencia, seguido de un segundo ataque desde un F-16”.

El edificio, que albergaba anteriormente familias desplazadas, fue destruido por la explosión, enviando ondas expansivas a través de los campamentos cercanos y causando pánico generalizado. “La onda expansiva… causó caos. Numerosas carpas improvisadas fueron afectadas por el ataque, marcando una nueva etapa en la operación militar israelí”, dijo otro testigo, Tq Abuzzou, a Al Jazeera.

El analista militar de Al Jazeera, Elijah Magnier, explicó que la demolición de torres por parte de Israel tiene como objetivo sembrar terror psicológico y quebrar la moral civil como preludio del plan final de ocupación.

Informes de la BBC y el New York Times documentan un rechazo generalizado entre los palestinos a abandonar Ciudad de Gaza, a pesar de las órdenes de evacuación y las supuestas “zonas humanitarias” anunciadas por Israel. Olga Cherevko, portavoz de la ONU, relató la amarga resistencia de los gazatíes: “La gente está harta y cansada de estar en movimiento… Cuando se movieron, también los bombardearon en esos lugares”.

Alkurdi, residente de Zeitoun, compartió que su casa fue destruida, pero ha elegido quedarse en el oeste de la ciudad. “La casa tiembla todo el día. Se mueve, se balancea de izquierda a derecha como un terremoto”, dijo.

En la cobertura de la BBC, un palestino describió la situación como “no queda ningún lugar”—señalando que las llamadas zonas seguras están sobrepobladas, carecen de alimentos y agua, y están bajo amenaza constante de nuevos ataques. Israel estima que decenas de miles han evacuado, pero cientos de miles enfrentan elecciones imposibles: “No queda ningún lugar a dónde ir”, reiteran Reuters y BBC.

Se evidencia una oposición creciente dentro de comunidades judías, ya que prominentes rabinos y escritores llaman a judíos israelíes y estadounidenses a romper públicamente con las políticas asesinas del primer ministro Benjamin Netanyahu, subrayando su impacto catastrófico tanto en los palestinos como en las perspectivas de paz.

Una encuesta del New York Times /Siena a principios de septiembre muestra que la mayoría de los votantes judíos de la ciudad de Nueva York ahora apoya la liberación de rehenes y un alto al fuego en Gaza, y casi la mitad muestra mayor simpatía por los palestinos que por los israelíes. Este hecho marca un cambio significativo, y figuras públicas argumentan que permanecer en silencio equivale a ser cómplices de una violencia “genocida”.

Estas indicaciones de creciente oposición de masas al genocidio en Gaza se expresan dentro de un movimiento internacional en expansión contra la operación de Estados Unidos e Israel. Las protestas continúan en Nueva Zelanda y 200.000 personas se manifestaron en Londres el sábado.

Mientras tanto, el jueves, los senadores estadounidenses Chris Van Hollen (demócrata de Maryland) y Jeff Merkley (demócrata de Oregon) emitieron una declaración conjunta titulada: “El gobierno de Netanyahu está implementando un plan para limpiar étnicamente a la Franja de Gaza de palestinos. Estados Unidos es cómplice. El mundo debe detenerlo”.

Después de visitar la región entre el 24 de agosto y el 1 de septiembre, los senadores afirman que “Israel está llevando a cabo un castigo colectivo contra los palestinos”, utilizando alimentos y ayuda humanitaria como armas para forzar el desplazamiento. Su evaluación sostiene que Estados Unidos está permitiendo la campaña de limpieza étnica de Israel a través de su apoyo continuo.

Sin embargo, la declaración de Van Hollen y Merkley—que llega casi dos años después del asesinato masivo de palestinos por parte de Israel—sigue afirmando que el gobierno sionista “tiene el derecho, incluso el deber, de defender a su pueblo” y de “garantizar que no se repita” lo ocurrido el 7 de octubre de 2023, cuando los palestinos se rebelaron contra el Estado policial de apartheid en Gaza.

Los planes de Israel para la ocupación total de Gaza y la transferencia forzada de palestinos fuera de la franja, con el gobierno de Netanyahu avanzando en la toma criminal de Palestina con el respaldo del imperialismo estadounidense, son conocidos y ya no pueden ser encubiertos.

El gabinete de seguridad de Netanyahu aprobó la operación militar para capturar toda Ciudad de Gaza—la única parte de la franja que no está bajo control militar israelí—con una fecha límite para la evacuación palestina fijada para el 7 de octubre de 2025, exactamente dos años después del inicio del genocidio.

Casi el 90 por ciento de Gaza se encuentra ahora bajo administración “restringida” o militar, y ataques recientes han “arrasado bloques enteros” de barrios residenciales. Declaraciones de política israelí discuten abiertamente la “destrucción sistemática” y el uso del bloqueo de ayuda para hacer la vida insostenible.

Asociaciones internacionales, con la participación del gobierno de Trump, están trabajando en planes para la “reubicación voluntaria” de la población de Gaza en terceros países, incluidas propuestas que van desde incentivos financieros hasta la construcción de nuevos asentamientos y desarrollos turísticos estilo “Riviera del Medio Oriente” sobre las ruinas de Gaza.

Netanyahu declaró recientemente que “no habrá un Estado palestino”, mientras avanza con planes de expansión de asentamientos que dejarían aislados permanentemente a los palestinos que permanezcan. A medida que la ofensiva israelí desata una nueva etapa de violencia y catástrofe humanitaria en Gaza, el número de muertos sigue aumentando y civiles desesperados son forzados a campos peligrosamente superpoblados o regresan a hogares bajo amenaza de demolición.

El ataque aéreo dirigido a los negociadores de Hamás en Catar ha expuesto el fraude de las afirmaciones de Estados Unidos e Israel de que buscan una solución negociada del genocidio y el fin de lo que llaman una “guerra”. La creciente condena masiva de la campaña israelí como una limpieza étnica y las acusaciones de que Estados Unidos facilita estos crímenes indican que el genocidio en Gaza está entrando en una nueva etapa de barbarie.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de septiembre de 2025)

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