El gobierno genocida de Israel ha asesinado a 1.054 palestinos que buscaban ayuda desde el 27 de mayo, según las últimas cifras de Naciones Unidas. Esta horrenda cifra de muertos, junto con las más de 60.000 muertes oficialmente registradas desde octubre de 2023, subraya la determinación despiadada con la que el régimen sionista persigue el exterminio de la población palestina de Gaza.
Más de 750 de los asesinados estaban intentando acceder a ayuda distribuida por la Fundación Humanitaria de Gaza, una organización establecida por las autoridades estadounidenses e israelíes y dominada por exoficiales militares y soldados. Solo el jueves, según el Ministerio de Salud de Gaza, Israel masacró a otros 62 palestinos en ataques en toda la franja, incluyendo a 19 personas que esperaban ayuda.
El asesinato sistemático de palestinos por parte de Israel va de la mano con su negativa deliberada a permitir el ingreso de ayuda necesaria para cubrir incluso las necesidades básicas de la población gazatí. Philippe Lazzarini, el director general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), declaró esta semana que unos 6.000 camiones están esperando en Egipto y Jordania para ingresar a Gaza, acceso que Israel está bloqueando. La agencia estima que uno de cada cinco niños en la ciudad de Gaza está desnutrido, mientras que la organización Médicos Sin Fronteras informó que una cuarta parte de todos los niños y mujeres lactantes evaluados en sus clínicas la semana pasada estaban desnutridos. La Oficina de Medios del Gobierno de Gaza reportó que desde el inicio del genocidio han muerto al menos 122 personas por hambre, incluidos 83 menores.
“La mayoría de los niños que nuestros equipos ven están demacrados, débiles y enfrentan un alto riesgo de morir si no reciben el tratamiento que urgentemente necesitan”, declaró Lazzarini.
Israel ha intentado justificar su criminal negativa a permitir la entrada de ayuda civil con la mentira de que los suministros caen en manos de Hamás. Reuters reveló el jueves que una investigación interna de la USAID estadounidense —que difícilmente puede ser acusada de tener una actitud crítica hacia Israel— concluyó que “no hay informes que aleguen que Hamás” se haya beneficiado de los envíos de ayuda de EE. UU. entre octubre de 2023 y mayo de este año.
Frente a la miseria humana intolerable en Gaza, algunas potencias imperialistas europeas se han visto obligadas, al menos verbalmente, a reconocer las terribles condiciones que prevalecen en la franja. Pero la declaración firmada a principios de esta semana por Reino Unido, Francia, Canadá, Australia y otros, así como la afirmación del presidente francés Emmanuel Macron el jueves de que París reconocerá un Estado palestino en septiembre, no harán nada para detener el genocidio ni para salvaguardar la vida de los habitantes de Gaza que tanto han sufrido.
La realidad es que Israel solo puede llevar a cabo el genocidio en Gaza con una brutalidad comparable a la aniquilación nazi del pueblo judío europeo porque el régimen sionista cuenta con el respaldo incondicional del imperialismo. El gobierno fascista de Netanyahu ha recibido un suministro ininterrumpido de armamento avanzado, principalmente de EE. UU. y Alemania, incluidas las bombas utilizadas para masacrar a hombres, mujeres y niños indefensos. Todas las potencias imperialistas, incluidas aquellas que firmaron la declaración de esta semana, han impuesto represiones brutales contra manifestantes en contra del genocidio. Apoyados por sus cómplices en los medios de comunicación, los gobiernos imperialistas han calumniado a los opositores al genocidio tachándolos de antisemitas, han desatado feroces represiones policiales y han colaborado con organizaciones sionistas de ultraderecha financiadas por el Estado israelí para aterrorizar a los activistas.
Liderando esta agenda está el gobierno de Trump, que este año declaró su apoyo a despoblar Gaza y convertirla en una “riviera del Medio Oriente” bajo el control directo de Israel y de su patrón estadounidense. El ministro de Finanzas fascista de Israel, Bezalel Smotrich, reiteró este objetivo en un debate en la Knéset esta semana, seguido poco después por la declaración del ministro de Patrimonio, Amichay Eliyahu, de que Israel está “corriendo para borrar Gaza del mapa”. El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, subrayó la aprobación de Washington al genocidio en curso al anunciar el jueves el retiro de la delegación estadounidense de las negociaciones de paz con Hamás en Catar, movimiento que fue rápidamente imitado por la delegación israelí.
Hablando desde la Casa Blanca el viernes, Trump amenazó a la población de Gaza declarando que los miembros de Hamás “quieren morir” y serán “cazados”, y que “Israel tiene que terminar esto”. Israel ha utilizado reiteradamente afirmaciones infundadas de que todas sus víctimas son miembros de Hamás para justificar las masacres indiscriminadas de civiles. Las declaraciones de Trump equivalen a un cheque en blanco para que el genocidio continúe.
El canciller alemán Friedrich Merz, cuyo gobierno ni siquiera fue capaz de firmar la tímida declaración de las otras potencias imperialistas europeas sobre Gaza, llamó por teléfono a Netanyahu esta semana para asegurar al asesino fascista del apoyo continuo de Berlín. Lo que Israel está haciendo en Gaza, es decir, matar de manera indiscriminada a civiles que buscan ayuda desesperadamente y convertir la franja en una zona de guerra inhabitable, “es comprensible desde la perspectiva de consideraciones de seguridad”, dijo Merz, según el medio Tagesschau.
Lo que realmente quiere decir esta frase evasiva son los intereses económicos y geopolíticos de las potencias imperialistas. Washington, Berlín y otros respaldan absolutamente a Israel en Gaza porque consideran que el exterminio de los palestinos es un componente esencial de la reestructuración de todo el Medio Oriente, rico en petróleo, para llevarlo de forma más directa bajo el control de los imperialistas, relegando a sus principales rivales, Rusia y China. Los casi dos años desde el inicio del genocidio también han sido testigos de la devastación de Hezbollah en el Líbano y del bombardeo del programa nuclear iraní y otras instalaciones de seguridad, todo con el respaldo firme del imperialismo mundial. En su afán por defender sus intereses depredadores, ningún crimen atroz les resulta ajeno a los gobiernos imperialistas.
Entre los crímenes más recientes de Israel se encuentra el bombardeo el viernes por la mañana de una tienda de campaña que albergaba a personas desplazadas cerca de Jan Yunis, en el que murió una persona. Además, la Oficina de Medios de Gaza emitió un comunicado informando sobre el asesinato selectivo del fotoperiodista Adam Abu Harbid, con lo que el número total de periodistas asesinados por el régimen sionista desde el inicio del genocidio asciende a 232. “Llamamos a la Federación Internacional de Periodistas, la Federación de Periodistas Árabes y todas las organizaciones periodísticas del mundo a condenar estos crímenes sistemáticos contra periodistas y profesionales de los medios palestinos en la Franja de Gaza”, dice el comunicado.
Quienes logran escapar de la muerte inmediata a manos del ejército israelí enfrentan un riesgo creciente de sucumbir a enfermedades. Según la organización benéfica británica OXFAM, las enfermedades transmitidas por agua han aumentado en Gaza en un 150 por ciento en los últimos tres meses. Gaza es “una placa de Petri de enfermedades”, declaró la organización. La diarrea acuosa aguda aumentó un 150 por ciento, la diarrea con sangre un 302 por ciento y los casos de ictericia aguda un 101 por ciento.
Los responsables del genocidio contra el pueblo palestino y de todas las condiciones horribles de vida que lo acompañan deben rendir cuentas. Esto incluye a los cómplices del régimen sionista en las potencias imperialistas de Europa y Norteamérica. Como explicó esta semana el World Socialist Web Site en la declaración titulada ¡Movilizar a la clase obrera para detener el genocidio en Gaza!:
Existe una oposición masiva y en crecimiento en todo el mundo ante los crímenes de Israel. Lo que falta es un programa y una perspectiva claros. El Comité Internacional de la Cuarta Internacional y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados insisten en que el genocidio no se detendrá mediante apelaciones a los mismos gobiernos capitalistas que lo llevan a cabo y lo respaldan. Lo que se requiere con urgencia, y lo que aún no ha ocurrido, es la irrupción independiente de la clase obrera en el escenario político.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de julio de 2025)