Por segunda vez desde que asumió el cargo, el presidente Donald Trump viajó a Pittsburgh a principios de este mes para consolidar una alianza entre políticos, líderes empresariales y sindicales, así como instituciones educativas, en apoyo a su agenda de 'Estados Unidos Primero', nacionalismo económico y guerra.
En su intervención en lo que se anunció como una cumbre energética en la Universidad Carnegie Mellon (CMU, siglas en inglés), Trump volvió a esbozar su programa de reorganización de la economía estadounidense en preparación para la guerra, principalmente contra China.
En un discurso casi incoherente que se ha convertido en su estilo, pasando de un tema a otro sin ninguna conexión, Trump insistió repetidamente en que Estados Unidos debía vencer a China en la carrera de la IA, y que esto requería un gran aumento en la producción de energía y los centros de datos. En consonancia con este afán bélico, promocionó sus aranceles, que se han impuesto tanto a aliados como a enemigos.
Comenzó sus comentarios afirmando que la OTAN pagará por los misiles y municiones estadounidenses a Ucrania. Trump se ha quejado durante mucho tiempo de que los miembros de la OTAN no han hecho su parte para contribuir a la defensa militar de la alianza. Elogió a su director de la Agencia de Protección Ambiental, Lee Zeldin, quien agilizará los permisos para nuevas centrales eléctricas que funcionen con carbón, gas y energía nuclear.
Mencionó que habló con sus colegas oligarcas Mark Zuckerberg y Jeff Bezos y les sugirió que construyeran sus propias redes eléctricas privadas para entrenar sistemas de IA cada vez más potentes. Meta, de Zuckerberg, lanzó recientemente un 'Laboratorio de Superinteligencia' con el objetivo de crear un modelo de IA cuyas capacidades superen con creces las de los seres humanos, conocido como ASI (superinteligencia artificial).
Cabe destacar que Trump obligó a la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU. a reducir las regulaciones y agilizar la concesión de nuevas licencias para centrales nucleares.
Su principal objetivo era competir con la creciente generación eléctrica de China, que se basa principalmente en carbón. También promocionó las rebajas de impuestos en su 'Gran y Hermosa Ley'. Afirmó que EE.UU. debe ser la 'superpotencia número uno del mundo en inteligencia artificial'.
Entre los líderes empresariales asistentes se encontraban Ruth Porat, presidenta y directora de inversiones de Alphabet; Dario Amodei, director ejecutivo de Anthropic; Jon Gray, presidente y director de operaciones de Blackstone; Jake Loosararian, fundador y director ejecutivo de Gecko Robotics; Toby Rice, presidente y director ejecutivo de EQT; Matt Garman, director ejecutivo de Amazon Web Services; y muchos otros.
Con aires de servilismo, todos elogiaron a Trump y 'su visión' y le prometieron su apoyo.
El presidente de la CMU, Farnam Jahanian, elogió tanto a Trump como al senador McCormick por su política energética, que rechaza toda la ciencia sobre el calentamiento global y se basa únicamente en preparar a Estados Unidos para la guerra. 'Nuestra seguridad nacional depende de ello', declaró Jahanian.
Más importante que lo que dijo fue lo que no dijo. Jahanian no mencionó el continuo ataque a la educación superior y la libertad de expresión por parte de la administración Trump, ni su agenda fascista, que incluye la construcción de campos de concentración para albergar a trabajadores indocumentados.
Jahanian no mencionó las protestas en la CMU contra la visita de Trump, ni el hecho de que más de 1.500 profesores firmaran una carta de oposición. La CMU retiró carteles que se oponían a la visita de Trump, y la policía de Pittsburgh y de la CMU lanzó gases lacrimógenos y atacó a los estudiantes que protestaban pacíficamente contra su llegada.
Cabe destacar la presencia de Brandon Bishop, secretario-tesorero de los Sindicatos de la Construcción de Norteamérica, que cuenta con 3 millones de afiliados.
Bishop declaró que los trabajadores están 'listos para cumplir' con las inversiones corporativas y que el sindicato garantizará la 'seguridad laboral'. En otras palabras, suprimirá las huelgas. Finalizó su discurso expresando su disposición a colaborar con Trump.
Numerosos dirigentes sindicales se han alineado con el programa nacionalista de Trump, entre ellos Sean O'Brien, presidente de la Hermandad Internacional de Camioneros (Teamstes); Shawn Fain, presidente del sindicato United Auto Workers (UAW); y Harold Daggett, presidente de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA), por nombrar algunos.
El mes pasado, Trump visitó Pittsburgh para anunciar que aprobaba la compra de US Steel por parte de la siderúrgica japonesa Nippon Steel, en parte para convencer a la burocracia del sindicato United Steelworkers (sindicato de metalúrgicos).
La seguridad de los trabajadores, por supuesto, no será una prioridad para Trump ni para los burócratas sindicales, quienes intentarán aumentar la producción en preparación para la guerra contra China.
Políticos del Partido Demócrata también estuvieron presentes para demostrar su lealtad. El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, se mostró orgulloso de participar en la cumbre y afirmó estar trabajando arduamente para expandir la producción energética y agilizar al máximo el proceso de permisos.
El senador republicano McCormick, organizador de la conferencia, cenó con el senador demócrata John Fetterman, quien afirmó apoyar plenamente el programa energético de Trump, al que Trump describe como 'Perfora mano, perfora'.
Fetterman fue promovido dentro del Partido Demócrata como parte de su falsamente llamada 'ala progresista'. Comenzó su carrera política como alcalde de Braddock, Pensilvania, una empobrecida ciudad siderúrgica al sur de Pittsburgh, sede de una de las tres plantas de acero que quedan de US Steel en la zona. Se hizo famoso demoliendo edificios abandonados y tapiados y creando huertos comunitarios.
Posteriormente fue elegido vicegobernador y ejerció el cargo de 2019 a 2023. Mientras la COVID-19 asolaba el estado, su principal objetivo era legalizar la marihuana.
Fue elegido senador de Estados Unidos en 2022. Como senador, Fetterman se ha labrado una reputación por defender enérgicamente a Israel durante el genocidio en Gaza y por atacar a quienes se oponían al genocidio. En noviembre de 2023, se burló de los manifestantes que estaban siendo arrestados ondeando una bandera israelí frente a ellos. Tras la elección de Trump, Fetterman peregrinó a Mar-a-Lago para alinearse con el nuevo aspirante a rey.
En vísperas de la cumbre, el World Socialist Web Site escribió:
La decisión de la administración de la Universidad Carnegie Mellon (CMU) de acoger al presidente Trump para una conferencia sobre 'Energía e Innovación' el 15 de julio da credibilidad a los ataques de Trump contra las universidades, los estudiantes y la ciencia, mientras extiende sus esfuerzos por instaurar una dictadura en Estados Unidos.
Al recibir a Trump, la administración de la CMU se está congraciando con el aspirante a dictador y declarando su lealtad.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de julio de 2025)
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